Sí; en diciembre, una novela de terror que, perfectamente, podría comenzar así:

“Jacob Steinberg golpeaba de forma compulsiva el salpicadero del Subaru SVX que conducía sobre el ardiente asfalto de la interestatal 40. Apenas eran las once del día, y los treinta y cinco grados del desierto de Nuevo México comenzaban a cocer los sesos de este comercial venido a menos. Aquel mes de julio de 2018 estaba siendo especialmente caluroso, y Steinberg lo estaba comprobando de primera mano en el peor lugar y en el peor momento”.
M. A. Vegara